Construir equipo

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Parlebás (1989), define los deportes individuales como “aquellos deportes en los que el practicante se encuentra solo en un espacio, donde ha de vencer determinadas dificultades, superándose a sí mismo con relación a un tiempo, una distancia o una ejecución técnica, que pueden ser comparadas con otros, que también las ejecutan en las mismas condiciones”.

El atletismo, el triatlón, y deportes similares, se categorizan dentro de los deportes individuales, pero, ¿actualmente existe esa individualidad? ¿Cuál es la tendencia de estos deportes?

Este tipo de deportes, los cuales, actualmente están en auge, y en los que cada vez hay una mayor participación de tipo amateur, existen un gran número de competiciones o eventos, en los que hay que participar por parejas, tríos, equipos, etc.

Este tipo de eventos, modifican la visión de estos deportes individuales, y hace más atrayente su práctica hacia esta población amateur, que además, de buscar la autosuperación y/o mejora de determinadas marcas, también buscan un medio de ocio, una válvula de escape a los problemas diarios, la posibilidad de conocer a gente con sus mismas aficiones, etc.

Si alguna vez habéis estado inmersos en estas competiciones, lo que se respira en ellas es increíble. Cuando un deporte individual se convierte en un deporte de equipo; cuando además de la autosuperación y lucha por mejorar tus propias marcas, se traslada ese mismo deseo para el resto de tus compañeros; cuando la victoria de cada uno de ellos, es tu propia victoria; cuando sus lágrimas por la ansiedad, por los nervios, por el fracaso, se convierten también en las tuyas; cuando varios corazones se unen y se convierten en uno, el cual late por el mismo objetivo. Aquí entonces dudo, de la definición de deporte individual.

Los objetivos que se alcanzan con este tipo de eventos, no son solo a nivel físico, también se consigue un gran trabajo en valores (humildad, empatía, compañerismo, etc.), los cuales son de gran importancia en la sociedad actual, y la magnitud de su poder es incalculable.

Conseguir que un grupo/equipo aumente su rendimiento físico, pero que también aumente su rendimiento como personas, puede mover muros, puede cambiar el mundo.

Y ahora me pregunto yo, ¿esto lo ha pensado alguna empresa (ya sea multinacional o PYME)?

Y mucho más importante, ¿esto lo ha pensado el sistema educativo que poseemos actualmente?

Las empresas quieren productividad, los centros educativos quieren que sus alumnos sean los mejores, y en vez de “apretar” al trabajador o al alumnado, ¿por qué no focalizan sus esfuerzos y lo trabajan por esta vía?

Si tu posees a gente motivada, y además físicamente activa y en buen estado de forma, se podrán lograr y alcanzar objetivos que nunca podrías haber imaginado.

La formación de un equipo, un equipo que trabaja para el mismo objetivo, pero a la vez, lucha por su autosuperación y mejora, se convertirá en un motor tan fuerte, que podrá escalar cimas, tanto de forma grupal como individual, de muy altas cotas.

Por tanto, dejemos al lado lo individual, dejemos de alegrarnos por la derrota de nuestro “compañero”, dejemos de querer ser superior que nuestro “compañero”, y llevemos todo eso, a lo colectivo, al equipo, al si no puedes yo te voy a empujar, porque sé que soy más fuerte que tú, pero esa fuerza extra la uso también para tu mejora; porque si en la cadena falta algún eslabón, el éxito no será igual.

Un equipo debe complementarse, y conseguir el éxito unido, sino, no estamos hablando de equipo.

Siempre construir.

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