EMOCIONES Y CARGA DE ENTRENAMIENTO
La aparición de emociones negativas o positivas está directamente relacionada con la carga o intensidad del entrenamiento. Por ejemplo, en la especialidad de resistencia, cuando se dan períodos donde la carga de entrenamiento es elevada, debido a que hay que acumular kilómetros, o hay que realizar “entrenamientos de calidad” y se acumulan los días de series, tenemos que prestar mucha atención a esos cambios de las emociones. Teniendo en cuenta la fatiga, el dolor, etc., cómo superarlo, cómo afrontarlo, esto es la clave del éxito deportivo. Podemos diferenciar:
- Estrés agudo: cansancio, dolor muscular, etc. Se supera a través de estrategias cognitivas utilizadas durante la realización del entrenamiento o en la propia competición. Para abordar este estrés, el deportista puede:
- Prestar atención a la técnica, cuando aparezca el dolor o la fatiga. Tendrá que pensar en la ejecución correcta de la técnica de carrera (en nuestro caso): correcto ciclo de zancada, correcto movimiento de brazos, etc.
- Prestar atención a estímulos periféricos, como la animación del público, el paisaje, cantar, etc., cualquier elemento que no le haga pensar en ese dolor o fatiga.
El deportista debe terminar asociando ese dolor, con la ganancia de rendimiento, con la buena ejecución del trabajo.
- Estrés crónico: respuestas del organismo debidas al entrenamiento. Para ello utilizaremos técnicas de relajación y recuperación.
EMOCIONES Y COMPETICIÓN
La valoración del estado emocional antes y durante la competición es de vital importancia para la mejora del rendimiento.
La aparición de emociones y sentimientos antes de la competición se denomina prearranque.
Aquí es importante el autocontrol, porque de ello depende de que esta activación previa sea positiva o negativa, y será esencial para el éxito deportivo.
También hay que tener en cuenta ese control emocional durante la competición, ya que, por ejemplo, las pruebas de resistencia duran el suficiente tiempo, como para que el deportista pueda ir modificando sus emociones, sus pensamientos, etc., a lo largo de ella, por tanto, estos pensamientos deberán estar orientados hacia la ganancia de rendimiento.
En esta parte de la competición sigue siendo de vital importancia, el autocontrol.
Al finalizar la competición tendremos que conocer cómo vivenciamos el fracaso y el éxito. Tendremos que trabajar la estabilidad psíquica, la capacidad compleja de regulación de la personalidad.
Debemos de tener cualquier tipo de situación (fracaso o éxito) bajo control interno, si no es así, el rendimiento se verá influenciado de forma negativa.
En resumen, como deportista debes saber combatir los malos pensamientos, el dolor, la fatiga, el cansancio, etc., tanto en los entrenamientos como en la competición, es la base del éxito deportivo.
Saber entrenar con cansancio, con fatiga muscular, etc., sobre todo en periodos de carga. En estos momentos necesitas saber autocontrolarte, y saber que ese estado de agotamiento general, te llevará hacia un estado de rendimiento óptimo.
Cuando llega el momento de competir, las semanas o días previos, o incluso el mismo día de la competición, debes de realizar un entrenamiento psicológico, una preparación para ese día, para ese momento.
El tipo de técnicas que emplees, serán todas aquellas que te hagan conseguir un control de ti mismo, y de esta forma autosugestionarte para crear una activación positiva.
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