Síndrome femororrotuliano o rotuliano

El síndrome femororrotuliano se define como dolor en la cara anterior de la rodilla relacionado con una disfunción de la articulación femoro-patelar. Esta articulación puede verse afectada ya sea de forma microtraumática por la repetición de un gesto deportivo, como por ejemplo, ciclismo, carrera, etc., o de forma traumática, ya sea por choque directo o de forma secundaria a una luxación.

Se establece una clasificación vinculada a las distintas formas de síndrome femororrotuliano:

  1. Síndrome femororrotuliano sin desplazamiento. La localización del dolor se sitúa en la cara anterior de la rodilla, en la zona del tendón rotuliano, en forma de barra, y descrito en ocasiones como sensación de quemadura. Dicho dolor aumenta en la vida diaria al subir y bajar escaleras, en posición de cuclillas y en posiciones prolongadas en flexión de más de 90º (signo de la butaca de cine).
  2. Síndrome femororrotuliano con desplazamiento. A los síntomas anteriormente descritos, debe añadirse la presencia de un síndrome de inestabilidad que puede provocar una subluxación o una auténtica luxación de la rótula fuera de la tróclea, sobre la superficie externa del cóndilo externo, ya sea de forma aislada, recidivante o permanente.

Fases del tratamiento:

FASE INICIAL

El objetivo principal se centra en la necesidad de intentar eliminar, en la medida de lo posible, todas las actividades que aumenten la compresión de la rótula sobre el fémur. Sobre todo actividades en las que haya impacto, como por ejemplo, carrera, saltos, etc.

Paralelamente se toman medidas terapéuticas con el fin de disminuir el dolor y la inflamación consecutivas al daño cartilaginoso tales como crioterapia, electroterapia analgésica, laser en punto doloroso.

FASE INTERMEDIA

Se procura mejorar la cinética rotuliana. No puede actuarse de forma conservadora sobre algunos elementos pasivos que favorecen el síndrome, pero sí sobre otros elementos que condicionan la mala alineación de la rótula.

Como medidas:

  • La reeducación muscular del cuádriceps: trabajo del vasto interno.
  • La reeducación muscular de los isquiotibiales: mantener la proporción cuádriceps-isquiotibiales (3:2), incidiendo en mayor medida en el trabajo sobre los rotadores internos.
  • Estiramiento de vasto externo y tensor de la fascia lata.
  • Masoterapia profunda sobre el vasto externo e interno.

FASE FINAL

El tratamiento conservador ante una patología de este tipo puede extenderse entre los 3 y 12 meses en función de los distintos grados de severidad. Por ello, es esta fase se insistirá en la reeducación muscular y propioceptiva.

Por último debe comenzar la fase de reentrenamiento del gesto deportivo, comenzando a realizar de forma progresiva su actividad normal.

Puede, en ocasiones, valorarse la posibilidad de la prescripción de ortesis de fijación sobre el tendón rotuliano, que aplicadas en la rodilla favorecen la estabilidad y el centrado de la rótula.

Esta información os ayudará a saber más acerca de este tipo de lesión, y saber cómo tratarla en caso de que la sufras. Pero siempre, debes ponerte en manos de profesionales, y sobre todo cuando hablamos de una situación de lesión, la cual, es una situación especial, que necesita de cuidados especiales. Y sobre todo, el trato correcto o no correcto de la lesión, podrá hacer que vuelvas o no vuelvas a realizar con garantías tu actividad deportiva.


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